APRENDIZAJE Y VISIÓN

Hoy tenía previsto hablar sobre cómo establecer objetivos realistas durante el diagnóstico, de cara a orientar a nuestros pacientes al tratamiento que consideramos indicado. Pero esta semana una alumna del curso online de terapia visual me ha hecho una pregunta sobre aprendizaje y he cambiado de idea. Así que vamos a hablar de aprendizaje y sobre objetivos hablaremos la semana próxima.

Esta alumna me preguntaba: «¿Puede haber niños con anomalías binoculares no estrábicas sin corregir o sin tratar, si es el caso con terapia visual, que puedan por ello desarrollar algún trastorno específico del desarrollo del aprendizaje escolar?

Esta pregunta creo que nos la hacemos muchos optometristas y es muy muy importante de cara a que nuestros pacientes sepan qué podemos hacer por ellos. Y también para que otros profesionales, con los que compartiremos pacientes, sepan cuales son nuestras competencias y cuales no.

Mi opinión al respecto es que hay que diferenciar entre dos tipos de problemas. Una cosa es que un niño tenga problemas de aprendizaje y otra cosa es que un niño tenga problemas para aprender.

Los problemas de aprendizaje en sí son, por ejemplo, la dislexia, la discalculia, disgrafía… Podemos poner un ejemplo con la dislexia. La dislexia en sí, no puede ser eliminada, el niño con dislexia se convertirá en un adulto con dislexia. Sin embargo, los optometristas podemos trabajar con niños que tengan dislexia. Vamos a evaluarles como a cualquier otro paciente: examen binocular, examen de percepción visual, salud visual… A partir del diagnóstico vamos a trabajar las áreas en las que las habilidades visuales del paciente estén por debajo de la demanda visual que tiene en ese momento de su vida.

En resumen, ¿podemos eliminar o curar los problemas de aprendizaje? Desde mi punto de vista la respuesta es NO. ¿Podemos trabajar y mejorar la calidad de vida de niños o adultos que tienen problemas de aprendizaje mediante lentes y/o terapia visual?. Mi punto de vista es que SI, ya que mejorar sus habilidades visuales les dará mejores herramientas para enfrentarse con el mundo. (si te apetece puedes leer este post sobre dislexia que escribí hace tiempo).

En el segundo grupo están los niños que tienen problemas para aprender, pero que no tienen problemas de aprendizaje. La sintomatología de este grupo de pacientes suele tener una etiología multicausal. Por tanto, los optometristas nos debemos convertir en verdaderos «detectives» que averigüen las causas visuales y las separen de las otras causas. Hacer esto nos conducirá a hacer un diagnóstico acertado y a orientar a la familia del paciente que tenemos delante a realizar el o los tratamientos necesarios y en el orden indicado.

En este tipo de pacientes lo más probable es que colaboremos con otros profesionales como: fisioterapeutas, logopedas, orientadores, psicólogos emocionales, psicólogos educativos… (espero no dejarme a nadie). Es importante organizar bien los tratamientos para no saturar a nuestros pacientes y para que, al final, el programa terapéutico dure lo menos posible. Esto no significa que sean tratamientos cortos ya que, cuanto más severo y más multifactorial sea, lo más probable es que los tratamientos sean largos. Eso sí, pueden ser largos, pero lo importante es que sean definitivos.

En este grupo de pacientes realizaremos la misma batería de diagnóstico: evaluación binocular, percepción visual, audiometría, salud visual… y trabajaremos las habilidades visuales que no estén ajustadas con su edad y con las tareas que están haciendo.

Lo que ocurre es que los problemas visuales tienen mucho impacto en el aprendizaje por varios motivos. Uno es que el aprendizaje, en la mayoría de los colegios, es lectoescritor. La lectura y escritura tienen un componente visual altísimo. Por tanto, si hay problemas visuales, aumenta la probabilidad de que el niño tenga problemas para aprender en el colegio. Otro motivo es que la visión es nuestro sentido dominante, tiene mucha carga neurológica y tiene mucho peso en el entramado sensorial. Por tanto, lo que ocurra en la visión va a tener mucha más repercusión que otros problemas y mucha influencia en otros sistemas.

Un estudio hecho por la Elite School of Optometry  a un total de 94 niños muestra que uno de cada dos niños con problemas de aprendizaje, además, tienen problemas visuales. Por tanto, es muy importante realizar evaluaciones completas a los niños escolarizados. Y digo lo de completas porque la evaluación de la agudeza visual y la refracción no es suficiente. Hay que evaluar la binocularidad, el enfoque, la discriminación visual, etc… Como es un tema muy extenso hablaremos otra semana de que pruebas incluir en el examen visual relacionado con el aprendizaje. Mientras, os dejo un artículo sobre esto.

Y hasta aquí el post de este viernes. Os deseo un feliz fin de semana y nos vemos el viernes próximo, ahora si, para hablar de objetivos.

Saludos!

Gloria