Derivar a tus pacientes por “miedo a cagarla” te hace perder tu poder y seguridad.
Tus pacientes perciben tu falta de seguridad y confianza a la hora de realizar un diagnóstico binocular y eso provoca que desconfíen y pidan opinión a otro especialista.
No te sientes reconocida por tu paciente frente a otros especialistas. Esto aumenta tu frustración e inseguridad tanto que no sabes rebatir, ni justificar tus recomendaciones.